Recientemente, un estudio publicado en la revista Sleep mostró que las personas que aman el café beben pinos son un 20% más pequeños que aquellos que no beben café, y los problemas para dormir son más.
Para muchos de nosotros, una taza de espresso es solo algo que nos hace actuar por la mañana.
Recientemente, un estudio publicado en la revista Sleep mostró que las personas que aman el café beben pinos son un 20% más pequeños que aquellos que no beben café, y los problemas para dormir son más.
Un escáner cerebral realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Seúl en Corea del Sur descubrió que el cuerpo pineal de los grandes consumidores (dos tazas al día durante 30 años o más) es más pequeño que los que rara vez beben café.
La glándula pineal es un órgano del tamaño de un guisante en el medio del cerebro. Cuando el cuerpo descansa y duerme, libera una hormona llamada melatonina. Cuanto más pequeña es la glándula, menos melatonina produce.
Aunque la cafeína es un conocido estimulante a corto plazo, es uno de los primeros estudios en sugerir que puede tener efectos a largo plazo en el cerebro.
Los investigadores rastrearon a 162 hombres y mujeres sanos ancianos y les preguntaron cuánto café bebían y cuánto durmieron. Luego se sometieron a escáneres cerebrales por resonancia magnética para medir el volumen de la glándula pineal. El estudio encontró que las personas amantes del café tienen una relación pino-cuerpo. Las personas que no beben café son un 20% más pequeñas y tienen más problemas para dormir.
En un informe publicado en la revista Sleep, los científicos advirtieron: "Dado el enorme consumo mundial de café en los últimos 30 años, el rápido aumento en el uso de cafeína en niños y adolescentes debería centrarse en los posibles efectos adversos del consumo de café de por vida".
Sin embargo, el experto en sueño independiente, el Dr. Neil Stanley, dijo que el estudio no probaba que la cafeína en el café perjudicaría la calidad del sueño en las personas mayores. Agregó: "Los diferentes cafés contienen diferentes niveles de cafeína. El estudio no tuvo esto en cuenta, ni tomó en cuenta otras fuentes de cafeína que pudieron haber ingerido a lo largo de los años.